Deep Impact: Chelyabinsk


Una semana, eso es lo que ha transcurrido desde que el mundo se paralizó y comprendió que desde los alrededores hasta los confines del Universo, este alberga amenazas contra las cuales hoy en día y puede que jamás podamos luchar.
Se han sucedido numerosas noticias a lo largo de la semana, y nadie se pone de acuerdo en cuanto al número de heridos, si el bólido explotó con cierta potencia o no, si fue interceptado, si tiene o no que ver con el asteroide que ese día rozó la Tierra. Son tantas las incógnitas que alberga este hecho… De esta forma, ahora desde aquí dictaminaremos, y expondremos lo que de alguna manera podría parecernos más verídico o no, ya que al fin y al cabo serán ustedes los que decidan que creer.


Las primeras informaciones que circularon tras el suceso acaecido sobre la vertical de los Montes Urales eran algo confusos. Tras unas horas de tentativa expectación se van conociendo más datos.
El cuerpo celeste fue imposible de ser observado por los expertos debidos a las carencias tecnológicas existentes. Hoy en día es imposible de captar meteoros de tan poco tamaño debido a que no son lo suficientemente grandes como para que su brillo, cuando se refleja la luz del Sol sobre los mismos, los delate.

Gracias a los numerosos vídeos que fueron circulando por la red, podemos saber tanto la trayectoria como la velocidad que llegó a alcanzar.
La trayectoria del bólido, era de Noreste- Suroeste con un ángulo de unos 30º sobre la horizontal. La velocidad de entrada a la atmósfera terrestre se estima en 18 kilómetros por segundo o lo que es lo mismo 64800 kilómetros la hora.
Por otra parte gracias a los sistemas repartidos por todo el globo terráqueo sobre vigilancia de ensayos nucleares, CTBTO (Organización del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares), pudieron determinar la potencia con la que estalló, y por lo tanto la masa del mismo. Esta red de estaciones constituida por 45 estaciones en todo el mundo, están provistas para registrar mediciones sísmicas, hidroacústicas, de infrasonido y de radionucleidos, 17 de ellas consiguieron registrar la explosión.
De este modo sabemos que a las 03:20:26 GMT (Greenwich Meridian Time) del 15 de febrero de 2013 comenzó la emisión de ondas de baja frecuencia causadas por la explosión. La primera grabación del evento se registró en Alaska, a más de 6500 kilómetros de Chelyabinsk, lugar de la degradación. La estación más lejana que registró las ondas se encuentra a 15000 kilómetros del lugar de los hechos, concretamente en la Antártida, registrando las ondas de sonido en una frecuencia de 10 Hz, es decir, por debajo del espectro audible del oído humano (para saber más leer: The Hum: El Latido del Planeta).

“Sabíamos que no fue una explosión fija porque podemos ver el cambio de dirección cuando el meteorito se dirige a la Tierra. No hay una única explosión, está ardiendo, viajando más rápido que el sonido”, dice el científico de la organización Pierrick Mialle al explicar como les es posible distinguir este tipo de explosiones de otras, como detonaciones de minas o erupciones volcánicas. Continuó diciendo: 
“Científicos de todo el mundo usarán en los próximos meses y años los datos de la CTBTO para comprender mejor estos fenómenos y aprender más sobre la altitud, la energía liberada y cómo se rompió el meteorito”.




No hubo que esperar meses.
Hasta ese momento el mayor evento de estas características registrado por el CTBO sucedió, en Indonesia en Octubre de 2009, cuando un asteroide rebasó la atmósfera explotando sobre la ciudad de South Sulawesi.
La revista Nature, se pronunció al respecto atreviéndose a decir que sin lugar a dudas fue el objeto más grande que ha impactado contra la Tierra en más de un siglo, probablemente desde Tunguska (para saber más leer: El Evento Carmesí "Tunguska").
Según cálculos efectuados por Margaret Campbell-Brown, astrónoma de la canadiense Universidad Western Ontario, que estudió los datos de ultrasonidos captados desde dos estaciones cercanas al lugar del impacto, el meteoro podría haber medido unos 15 metros de largo en el momento en que entró en la atmósfera terrestre, y podría haber alcanzado una masa de siete toneladas. Es este hecho por el cual no se detectó. Se trataba de un objeto muy pequeño, teniendo en cuenta que la red de telescopios que se encarga de vigilar el cielo en busca de estos depredadores cósmicos son capaces de ver dichos objetos a partir de los 100 metros de largo. Cuando fue detectado era demasiado tarde, había penetrado en  la atmósfera terrestre.
De acuerdo con la NASA, el evento liberó tanta energía como 30 veces la bomba lanzada sobre Hiroshima (Little Boy de 12,5 Kt). Aunque es aquí donde ya empieza a haber discrepancias entre unos y otros. Según la NASA determinaba la explosión entre 10 y los 500 kilotones de TNT, seguramente alrededor de los 387 kilotones más concretamente, según lo registrado por las distintas estaciones. En cambio, científicos rusos apuntan que la NASA manipuló ciertas cantidades y que por lo tanto la explosión debió de producirse entre los 100 y 200 kilotones de TNT, es decir, tres veces menos que lo que exponía la NASA. Según Borís Shústov, director del Instituto de Astronomía de la Academia Rusa de las Ciencias, el objeto mediría entre 5 y 20 metros de diámetro.

“Normalmente los meteoritos de un metro se destruyen por completo a una altura de 30 o 40 kilómetros”, explica Shústov, citado por la agencia RIA Novosti. “La masa de los meteoritos encontrados en la superficie terrestre no supera en más de un 1% al 5% de su masa inicial”, añade.

Cierto o no, el bólido explotó a 20 kilómetros de la superficie, la onda expansiva se propagó como un rayo, causando daños en más de 3700 edificios de seis ciudades diferentes, dejando tras su paso 200000 metros cuadrados de cristales rotos hiriendo a 1200 personas en mayor o menor medida. Para hacernos una idea de la potencia que tuvo la onda expansiva, normalmente, los daños comienzan a ocurrir cuando la presión atmosférica aumenta cinco veces sobre la normal a nivel del mar. Un daño generalizado en ventanas puede producirse cuando se alcanza entre 10 y 20 veces ese valor. De acuerdo con Mijaíl Yurévich, gobernador de Chelyabinsk, los daños ocasionados ascendían a los 33 millones de dólares.
Debido a la gran cantidad de daños, unas 24000 personas, entre voluntarios y personal de emergencias, trabajaron durante todo el fin de semana reponiendo los cristales para que el mismo lunes, las cosas volvieran a la normalidad en las escuelas y los centros de trabajo.





Entre tanto, surgía una pregunta. ¿Tenía algo que ver los hechos acontecidos con el paso del asteroide 2012 DA14 o sólo había sido una simple coincidencia?
Pues bien, aunque a día de hoy se sigue discutiendo la posibilidad de que algo tuviera que ver, las características de como entró el bólido además del tiempo de separación entre ambos sucesos, de unas horas, hace pensar que no, para nada tuvo que ver.

Las repercusiones del evento, no sólo son desoladoras, pese a que por suerte ninguna vida humana haya sido cobrada por el acontecimiento. No obstante, es aterrador pensar en la posibilidad de que en un futuro no muy lejano un meteoro de tal magnitud impacte contra una gran ciudad, y no como ha venido ocurriendo en los últimos cientos de años, lejos de las poblaciones humanas, o en su caso lo suficientemente alejado para no ocasionar una catástrofe de índole apocalíptica para la región. Bien es cierto que con tan poca masa el suceso sería localizado y no mundial, pero como hemos dicho, desastroso para esa región.
Por otra parte, hay que pensar que hubiera pasado si algo de estas características aconteciera en territorios como Irán o Corea del Norte. Debemos de pensar, que en un primer momento políticos rusos y sobre todo la población que sufrió las consecuencias hicieron declaraciones sobre un posible ataque nuclear por parte de los americanos. La confusión y el miedo pueden llevar a una catástrofe global que poco tiene que ver con los peligros que alberga el Universo, sino más bien la propia especie humana. Se trata de una verdad aterradora que esperemos nunca tener la posibilidad de ver que acontece en su caso.

Una vez pasado todo el revuelo, la maquinaria para recoger posibles fragmentos del bólido se puso en marcha. Tal es así que pese a la voz de las autoridades que pedían a la población que no se acercaran a los lugares de impacto, pues, debemos recordar que tras la explosión, el bólido se fragmentó en varios pedazos que cayeron luego sobre la tierra, se produjo una especie de “fiebre del oro” por encontrar algún fragmento. Es más, cuando todo se hubo calmado, fue la propia Universidad de Chelyabinsk, quien incitó a su búsqueda a través de las siguientes declaraciones:

“Para enriquecerse no es necesario vender el meteorito. También la Academia de Científicos premiará a los donantes”.

Pero no solo los científicos se han afanado en buscar los restos del visitante del espacio. Cazadores de meteoritos rusos, han llegado a poner anuncios en internet ofreciendo hasta 300.000 rublos (unos 10.000 dólares) por un fragmento auténtico de la roca espacial.
Pronto se producían las primeras ventas por internet de susodicho meteorito. Naturalmente de carácter fraudulento.

Fue el 17 de Febrero cuando por fin rescataron de las heladas aguas del lago Chebarkul, pequeños fragmentos del meteorito, que fueron reafirmados gracias a las distintas pruebas químicas a las que se le indujeron.

“Confirmamos -asegura el investigador Viktor Grokhovsky a la agencia rusa RIA Novosti- que las partículas de una sustancia hallada por nuestra expedición cerca del lago Chebarkul tienen la composición de un meteorito”.

Mediante un escueto comunicado también se pudo saber que el meteorito pertenecía a la clase de las condritas. La roca en cuestión está compuesta en parte de hierro, así como de crisólito y sulfito. El contenido de hierro se ha estimado en un 10%.
Según se cree el mayor de todos estos fragmentos, debe estar en el mismo lago, a pesar de que según Grokhovsky tendrían en su poder más de 50 pequeños fragmentos del mismo procedentes de múltiples partes de la región. Es por esto que desde el pasado sábado el lago fue fuertemente acordonado bajo grandes medidas de seguridad.

“El lago,- afirma el científico- sigue acordonado, y está claro que el meteorito está enterrado dentro. Dado que encontramos fragmentos que son restos de las capas superiores del meteorito, resulta evidente que el cuerpo principal está en el lago”.

La cuestión primordial que nos encontramos es como poder evitar tales sucesos.
Aunque el programa de objetos cercanos a la Tierra sigue la trayectoria de más de 10000 cuerpos celestes en el espacio, existen gran cantidad de los mismos con muy poco cuerpo para poder ser vistos con antelación a un impacto. Aunque como dijimos no contribuirían a la extinción masiva en el planeta, un impacto de tal calibre sería de una proporción devastadora para la zona en cuestión.
Debemos ser conscientes que cada día cientos de meteoritos entran en la atmósfera terrestre, los cuales son vaporizados antes de llegar a la superficie. Estos son prácticamente indetectables a plena luz del día, debido a la luz del Sol que ayuda a enmascararlos, e incluso alguno de ellos ni siquiera son posibles verlos por la noche.
De todas formas, la mayor parte de ellos suelen caer en los vastos océanos de nuestro planeta, que recordemos forman prácticamente el 70% del planeta, y otros caen en regiones deshabitadas.

El director del Instituto de Materiales Extremos de la Universidad Johns Hopkins, en Maryland, K.T. Ramesh, dijo a la cadena Fox que si se piensa en objetos celestes del tamaño del que cayó en Rusia,

“probablemente haya en el espacio unos 100 millones. De esos probablemente unos 100000 tengan probabilidad de interceptar nuestro planeta, y su tamaño, sean de 10 o 10000 toneladas de peso, hace imposible que pueda seguírseles su trayectoria con los actuales medios tecnológicos disponibles”, indicó.

Es por eso, que en la actualidad, las Fuerzas de Defensa Aeroespacial rusas, han empezado a desarrollar una serie de medidas para proteger a sus ciudadanos en un futuro de algo como lo ocurrido el pasado 15 de Febrero.

“Las Fuerzas de Defensa Aeroespacial rusas han recibido la orden de abordar este tema y han desarrollado un plan para proteger a Rusia de estos viajeros espaciales”, ha asegurado Makushev, comandante del distrito militar occidental de la Aviación rusa, en declaraciones recogidas por la agencia de noticias RIA Novosti.
Por otra parte el científico Boris Shustov, director del Instituto de Astronomía de la Academia de las Ciencias rusa, se ha expresado sobre esto diciendo:

“Ninguno de los sistemas actuales, ni ruso ni americano, han detectado objetos espaciales antes de que entren en la atmósfera”.

Además, ha indicado que los astrónomos han descubierto y catalogado únicamente un 2% de los objetos espaciales considerados peligrosos, los que tienen un diámetro de unos 50 metros y que pueden provocar una gran catástrofe si impactan en una zona poblada en la Tierra.

“Esto es una muestra de nuestra ignorancia porque deberíamos ser capaces de controlar cerca de un 90% de estos objetos, si no todos”, ha afirmado Shustov.

Pero, ¿qué pasaría si esto ya hubiera ocurrido, si el bólido hubiera sido interceptado?
Entre toda la vorágine de información hubo una que cobró gran importancia en los primeros instantes tras la onda de choque. El meteorito habría sido interceptado.  La cadena Russia Today, apuntaba en un primer momento que Rusia habría interceptado el meteorito a través del sistema de defensa aérea de Urzhumka, por lo que se habría desintegrado y habría caído sobre las ciudades afectadas. A raíz de esta maniobra, el trozo más grande del objeto, habría caído en la región de Chelyabinsk, como actualmente se sigue pensando.
Rápidamente el viceprimer ministro ruso, Dmitri Rogozin, afirmó que ni Rusia ni siquiera EE.UU. tenían la tecnología para abatir los meteoritos que representan una amenaza para la Tierra.

“Rusia y otros países grandes sí tienen un sistema de seguimiento y control del espacio -ha puntualizado Rogozin-, pero éste está orientado a vigilar las aproximaciones peligrosas de aparatos con basura espacial”.

¿Una vez más los medios manipulando información? ¿O es posible que realmente ocurriera algo parecido?

Resulta que tras esta primera información fueron muchos los que dijeron haber visto una especie de misil penetrar en el bólido momentos antes de que estallase. Lo cierto es que muchos vídeos parece corroborar estas afirmaciones, entre las cuales, como no, ha aparecido el término OVNI. Aunque sin bien es verdad, que el término está bien empleado pues, se trata de un Objeto Volador No Identificado, aunque ya se sabe que muchos creen que se trataría de una nave tripulada. Lo que sí es verdad, que el misterio está servido. Fue un OVNI, un misil, o simplemente estalló debido a la presión y lo que vemos en los vídeos se trataría de un efecto de la luz, o quién sabe si se trata tan sólo de un fraude.





Siempre quedará la duda, sean ustedes quienes opinen. Sin embargo, ¿alguien puede explicar que se vio sobre San Francisco y Cuba el mismo día? Ya que según testigos se pudo contemplar alguna que otra bola de fuego cayendo, en el primer caso incluso existe algún vídeo. 






De lo que podemos estar seguros es del peligro que corremos. El espacio, el Universo, tan vasto y bello como aterrador y feroz en ocasiones, puede que nos tenga aguardado un triste final, como el que se supone que una vez acabó con esos gigantes que una vez poblaron la Tierra, los dinosaurios.
Aunque sin lugar a dudas el mayor terror convive en nuestro hogar, la sed de poder del ser humano.

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