El Chico que Miraba las Estrellas

           ¿Sabemos en el mundo en que vivimos? ¿Quiénes somos? ¿Dónde estamos? ¿Por qué vivimos y morimos?
           Me asaltan tandas dudas, tantas preguntas sin respuestas, y todo en un solo acto. Mirar el cielo nocturno salpicado de motas brillantes a las que llamamos estrellas. Suspiro y siento que amo todo lo que me rodea, desde quién soy hasta la más ínfima de las partículas que pueda ver en este vasto Universo, pasando por los mares que contienen a todas esas criaturas marinas, el cielo por el que vuelan toda clase de aves y la tierra donde convivimos la mayoría de especies de este planeta. Todo ello contenido en poco más de un puño de una persona, todo ello contenido en mi corazón.
          Sin embargo un tenue velo de preocupación y tristeza podríais observar quizás al contemplar mis ojos, y eso es todo porque existe el Ser Humano. Pienso en las guerras, en la pobreza, la riqueza que tanto corrompe a muchos, y veo la maldad humana. Una maldad de la que yo no estoy omitido, y si, siento asco de mí mismo, y siento asco de esta especie, y me duele tener que decirlo, y sin embargo, no me cuesta reconocerlo. Hace mucho que siento todo esto, y son muchas las ocasiones en la que he llegado a pensar que estoy loco, que nadie podría sentirse así consigo mismo y con los que son como él. Un buen día en cambio leí "Mientras exista un sólo hombre, existirá la guerra" Albert Eintein. Podría poneros otras tantas citas de él, pero creo que con esta basta. 
           He llegado a pensar que somos el mayor parásito del mundo en el que estamos, somos un cáncer de este y del Universo que nos rodea. La única solución para salvar la mayor parte de lo que mi corazón ama sería destruyendo, borrando al propio Ser Humano de la faz de la Tierra, y con ello a mí mismo. En este punto puede que mi querido lector piense o incluso llegue a decir, "este chico se ha vuelto loco", y no se lo voy a negar, puede, quizás se me haya ido la pinza, pero pienso así, y pienso como el señor Albert en este respecto, y me apena. 
           Lloro. Me tranquilizo, y vuelvo a pensar en ello seriamente. Recuerdos que me acompañan y retazos de sueños que parecen recuerdos lejanos afloran. Por un instante vuelvo a levantar la cabeza mirando al cielo, y pensando, ¿para qué, con qué propósito estamos aquí? No encuentro respuesta.


           Camino por la calle y veo a las madres con sus hijos, son felices. Pequeños jugando en parques con un balón o viendo cualquier deporte por la tele. Sonríen. Son felices.
           Hombres que han dado su vida por los más desfavorecidos y mueren en la miseria, sin ser recordados. Puede que uno de esos hombres esté a punto de exhalar su último halo de existencia en estos precisos instantes. Sin pedir nada a cambio lo dieron todo, y murieron por ello.
           Una persona mayor siendo ayudado por sus hijos, a los que apenas reconoce, es transportado hacia su vehículo mientras yo camino por la acera acercándome al lugar donde ellos se hayan. Sin más, ese señor que ni tan siquiera reconoce a sus seres queridos, a sus próximos, me dedica la más cálida y dulce de sus sonrisas. Intento devolvérsela con el mismo afecto, pero dudo de que funcionara. Sigo mi camino dando vueltas a esa sonrisa y si había sabido corresponderla.
           Me siento junto a unos amigos a tomarme una cerveza fresquita en cualquier bar, tasca, a los que usted mismo irías con los tuyos. Hablamos y saltan las risas. Soy feliz.


          Mi cabeza da vueltas al contemplar las múltiples variedades de personas buenas, honestas que habitan sobre el planeta. Sé que para ellos no habrá sido fácil ser lo que son, ser lo que fueron. Seguramente tuvieron que luchar consigo mismos para alcanzar un punto donde estaban en paz, con ellos mismos y con el prójimo fuera el que fuese. Me relajo y veo tanta felicidad a mí alrededor. Muchas de estas personas quizás sean ignorantes, no en el mal sentido de la palabra, si no ignorantes, por no saber o no querer saber muchas de las cosas que existen en este planeta, que ocurren a su alrededor y que les afectarían de saberlo, de conocer algunas de las realidades que se dan. He de decir, y me remito a mi querido amigo Albert que todos somos ignorantes, de algún u otro modo. Sin embargo en este tema, siento envidia por ellos. ¡Benditos sean los que no saben! Por otra parte están esas personas que disimulan o lo intentan, entre los que quizás me encuentre, y aun así puedo asegurar que el que no es feliz es porque no quiere. No se trata de ser feliz a todas horas, sino de mantener un equilibrio. 
           Sopeso todo lo contado y sentido hasta ahora, y veo, siento, que amo también Ser Humano. Otra pregunta se me viene a la cabeza. ¿Cómo podemos sentir cosas que incluso llegan a contraponerse? No obtengo respuesta.
           Amo y admiro sin dudarlo. ¡Un ser capaz de buscar por tal de saciar su curiosidad! Que maravilla. Y en cambio, aquí estoy yo haciendo mis conjeturas y poniendo en duda todo lo referente al Ser Humano.

           Sueño con el día en que depongamos las armas. El día que no haya maltratos hacia ningún Ser Humano, sea de donde sea, tengan la edad que tengan. Un día en que tratemos de la manera más correcta y adecuada como sea posible a todo ser viviente que haya en la Tierra, incluso, ¿por qué no? Igualándolos a todos al mismo nivel que el nuestro. Un día en que dejemos de hacer la guerra al planeta y que, única y exclusivamente, tratemos de saciar nuestra curiosidad buscando las respuestas a todo tipo de preguntas, y las preguntas que aún debemos de encontrar.

           Utópico. Lo sé amigo mío, lo sé, piense también en que, quizás para vivir haya que ser un poco utópico. Muchos se crean mentiras para ser felices, yo creo en un día como ese. Todo lo que alguna vez fueron utopías, hoy es realidad. Alguien soñó con volar, y volamos. Alguien soñó con alcanzar las estrellas, y lo hicimos. Soñamos con explorar el fondo submarino... Soñamos y soñamos. Utopía frente a realidad. Verdades establecidas frente al poder de un hombre para cuestionarlas. 
           Una vez alguien dijo "Todo lo que un hombre pueda imaginar, otros pueden hacerlo realidad". Intentémoslo.

Comentarios

  1. Bonita reflexión, yo he sentido, siento lo mismo cuando miro al cielo y a la tierra. Es difícil de explicar lo que describes. Yo sé que tú eres cristiano. No sé si te gusta la poesía, a mí me encanta. Por eso, hay un poema que para mí lo resume todo. Un poema que es una oración, de San Francisco de Asís, que si te das cuenta, dice lo que tú dices, pero de otra manera. Saludos.

    EL CÁNTICO DE LAS CRIATURAS

    Altísimo y omnipotente buen Señor,
    tuyas son las alabanzas,
    la gloria y el honor y toda bendición.

    A ti solo, Altísimo, te convienen
    y ningún hombre es digno de nombrarte.

    Alabado seas, mi Señor,
    en todas tus criaturas,
    especialmente en el Señor hermano sol,
    por quien nos das el día y nos iluminas.

    Y es bello y radiante con gran esplendor,
    de ti, Altísimo, lleva significación.

    Alabado seas, mi Señor,
    por la hermana luna y las estrellas,
    en el cielo las formaste claras y preciosas y bellas.

    Alabado seas, mi Señor, por el hermano viento
    y por el aire y la nube y el cielo sereno y todo tiempo,
    por todos ellos a tus criaturas das sustento.

    Alabado seas, mi Señor, por el hermano fuego,
    por el cual iluminas la noche,
    y es bello y alegre y vigoroso y fuerte.

    Alabado seas, mi Señor,
    por la hermana nuestra madre tierra,
    la cual nos sostiene y gobierna
    y produce diversos frutos con coloridas flores y hierbas.

    Alabado seas, mi Señor,
    por aquellos que perdonan por tu amor,
    y sufren enfermedad y tribulación;
    bienaventurados los que las sufran en paz,

    porque de ti, Altísimo, coronados serán.
    Alabado seas, mi Señor,
    por nuestra hermana muerte corporal,
    de la cual ningún hombre viviente puede escapar.

    Ay de aquellos que mueran
    en pecado mortal.

    Bienaventurados a los que encontrará
    en tu santísima voluntad
    porque la muerte segunda no les hará mal.

    Alaben y bendigan a mi Señor
    y denle gracias y sírvanle con gran humildad.

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  2. Lo gracioso de todo esto y quizás un día haga una reflexión sobre ello es que sin saberlo tengo ciertas creencias que diría que son algo Budistas, y sin saberlo, algo de verdad tendrán todas las religiones jajaja =) Gracias por leerme!!

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