La Rueda Maya


1:00 am del 2 de Mayo de 1945.  El general Weidling con su estado mayor envía un mensaje al general soviético Vasili Chuikov, jefe del Segundo Frente Bielorruso para solicitar la rendición incondicional.
Weidling rinde Berlín de manera incondicional el 2 de mayo a las 8.45 horas y requiere por radio a los defensores alemanes que cesen la lucha de inmediato, con lo cual termina la batalla. Para esas horas los focos de resistencia alemana en la ciudad eran ya muy reducidos y la mayor parte de las ruinas de Berlín estaban bajo control soviético. Ante la orden de Weidling, algunos nazis fanáticos optan por suicidarse en la mañana del 2 de mayo.
Los soviéticos entonces enfurecidos por años de guerras y miles de muertos entraron en la ciudad y lejos de respetar aquellos edificios nazis que quedaban en pie arrasaron, quemaron y expoliaron todo tipo de patrimonio.
De este modo se incendió la Gran Biblioteca de Berlín ante la diversión de cientos de soldados, pero un joven de tan sólo 22 años, no pudiendo quedar pasivo ante tal salvajismo entró para salvar aquellos libros de ser arrasados por las hogueras creadas en su interior. Desesperado, pronto vio que poco podía hacer y que estaban condenados a la incineración. Fue entonces cuando logró verlos, allí escondidos tras innumerables papeles y manuscritos estaban unos códices que cambiarían la historia para siempre. Se trataban de dos libros: la edición de Diego de Landa Relación de las cosas de Yucatán preparada por Brasseur de Bourbourt y la edición de 1933 de los códices mayas de Carlos y Antonio Villacorta.
Landa (para saber más leer: Poder y Sangre) en el ocaso de su vida se sentía culpable de haber acabado con toda una extirpe de otro tiempo, de ser el ajenjo para ese pueblo. Para expiar sus pecados, se rodeo de toda clase de escribas que junto a su sapiencia consiguieron traer de nuevo al mundo claves y secretos que siglos más tarde ayudarían entre otros a aquel chico que ese día valientemente salvó a dos libros de su fin y que sin saberlo crearía el mito y la leyenda Maya del fin de los tiempos. Su nombre era Yuri Valentinovich Knórosov (nació el 19 de noviembre de 1922 en Járkov, Ucrania, entonces URSS, murió el 31 de marzo de 1999 en San Petersburgo, Rusia).


Pronto, se reconocería como uno de los más grandes lingüistas, epigrafistas y etnólogos de su momento. Alumno de famosos lingüistas soviéticos, Knórosov estudió la escritura egipcia antigua, árabe antiguo, sánscrito, chino y japonés. Además, tenía un don natural para los estudios de lingüística comparada. En 1952 publica sus primeros desciframientos de los glifos del Códice Dresde, (uno de los únicos tres que sobrevivieron al exterminio español, los otros se encuentran en Madrid y París).  Publicado en la revista soviética Sovietskaya Etnografía donde, aseguraba que los glifos escritos por los antiguos mayas consistían tanto de logogramas (signos usados para representar una palabra completa) como de signos fonéticos, en los cuales cada glifo representa una combinación consonante-vocal. En 1963 aparece su obra más importante, “La escritura de los antiguos mayas”, éstas como muchas otras publicaciones suyas no obtienen la atención que merecen debido a la Guerra Fría.
A esta admirable deducción lógica se opuso Eric Thompson, aguerrido anticomunista y el mayista más respetado de esa época. Calificó su trabajo de propaganda comunista y de falacia científica. Pues consideraba que los glifos mayas eran mayormente notaciones astronómicas sin ningún componente fonético en ellas, usando para sus análisis un enfoque ideográfico. Debido a que Thompson era la autoridad mayista más influyente de su tiempo, este enfoque fue el prevaleciente en la comunidad científica occidental durante largos años.

           La historiadora Rodríguez Ochoa decía: “Hay muy poca la gente que conoce a Knórosov y casi nadie conoce su obra, a pesar de que los gobiernos guatemalteco y mexicano lo condecoraron en alguna ocasión. Como historiadora nacida en Yucatán, siempre había escuchado que la escritura Maya no se podía leer. Fue mucho tiempo después cuando supe de la existencia de Knórosov y de su obra, pero también me di cuenta que casi nadie conocía al investigador ruso. Me impresionó tanto que pensé que debía hacer algo para editar su obra. Si el señor Knórosov descifró la escritura Maya, tenía que hacer algo, era una cuestión de justicia”.

           Sin embargo, el avance más significativo en lo que se refiere a la lectura de esta enigmática escritura la iba a llevar a cabo un joven David Stuart el cual a la temprana edad de 12 años empezaría a hilar cabos sueltos del aún no resuelto puzzle Maya. Su primer trabajo en el desciframiento de los glifos mayas le permitió obtener una beca (MacArthur Fellowship) en 1984, a la edad de 18. Es el beneficiario más joven en toda la historia de esta prestación. Las aportaciones realizadas décadas antes por Yuri eran correctas, sin embargo en innumerables yacimientos la interpretación era incorrecta, David, se percató que algunas de las runas y glifos sin descifrar eran ni más ni menos que la misma representación en significados de otras ya identificadas, y hete aquí que por vez primera las piezas encajaron. El puzzle inconcluso se resolvió, y por vez primera en  cerca de V siglos, de nuevo, se puedo leer, escribir y entender la lengua Maya.

Deshecho el hechizo que encerraban las palabras, estas volaron por el tiempo, el cual era sin duda el bien más venerado y obsesivo de aquella increíble sociedad. Se consiguió leer su libro sagrado el Popol Vuh (para saber más leer: Los Hombres del Maíz), y aquellos códices que habían aguantado la envestida irrespetuosa del paso del tiempo. Tras esto los numerosos científicos se percataron de la esencia eterna del tiempo, de su continuidad y su irremediable vuelta a empezar, como aquella rueda que recorre los campos girando eternamente al compás del espacio que ante ella se abre campo a través. Cientos de años antes de aquella frase realizada por Lavoiser “La energía ni se crea ni se destruye”, una civilización hoy perdida por el irraciocinio humano lo había logrado comprender.
Ya en su libro sagrado describe como en hasta cuatro ocasiones la civilización había sido creada para más tarde caer en pos de los Dioses y ser del mismo modo una vez más levantadas por estos.

Como bien es sabido los Mayas eran unos extraordinarios observadores de los cielos, unos magníficos astrónomos de los cuales hoy en día nos sorprendemos con que tamaña exactitud reprodujeron numerosos acontecimientos que durante largo tiempo se iban a dar en lo que se refiere a eclipses, conjunciones planetarias y otros tipos de fenómenos. Fue en ese momento cuando observaron la existencia del tiempo, y crearon para ellos el calendario, el cual comenzaría el día de la creación 4 ajaw 8 kumk’u (Año 3114 a.C.) y por ende última destrucción por parte de los Dioses hacia el ser humano.

¿Pero como funciona su calendario?
El calendario maya consiste en tres diferentes cuentas de tiempo, que transcurren simultáneamente:

·         Calendario sagrado ( tzolk’in o bucxok, de 260 días)

·         Civil (haab, de 365 días)

·         Cuenta larga.

El calendario maya es cíclico, porque se repite cada 52 años mayas. En la cuenta larga, el tiempo de cómputo comenzó el día 0.0.0.0.0, es decir, 4 ajaw, u 8  kumk’u (en notación maya) que equivale al 13 de Agosto del 3114 a. C. en el calendario gregoriano y terminará según dicen, el 21 de Diciembre de 2012. La casta sacerdotal Maya, llamada ah kin, era poseedora de conocimientos matemáticos y astronómicos que interpretaba de acuerdo a su cosmovisión religiosa, los años que iniciaban, los venideros y el destino del hombre.
Ni el tzolk’in, ni el haab numeraban los años. La combinación de fechas mediante los dos sistemas era suficiente en la vida práctica ya que una coincidencia de fechas se produce cada 52 años, lo cual rebasaba la expectativa de vida de la época prehispánica. Los mayas fusionaron estos dos sistemas, en un ciclo superior llamado “rueda calendárica”. La conformación de esta rueda, que se compone de tres círculos, da por resultado cíclos de 18.980 días, en cada uno de los cuales uno de los 260 días del tzolk’in coincide con otro de los 365 días del Haab. El círculo más pequeño está conformado por 13 números; el círculo mediano por los 20 signos de los veinte días mayas del calendario Tzolkin, y el círculo más grande por el calendario haab con sus 365 días (dieciocho meses de veinte días y el mes corto de cinco días).




Por otra parte como ya nos hemos referido a él cobra vital importancia el calendario de cuenta larga, donde empieza y termina el mito que se ha creado en torno al 21 de Diciembre de 2012.
Para indicar las fechas en el calendario de la cuenta larga, a partir de los cálculos astronómicos y matemáticos, los mayas establecieron las siguientes unidades de medida:

·         Kin- Corresponde a 1 día, se trata de la unidad de tiempo mas corta

·         Winnal - Corresponde a 20 días o 1 mes maya

·         Tun - Corresponde a 360 días o 18 Winnal

·         Ka´tun- Corresponden a 7200 días o 20 Tun

·         Bak´tun- Corresponden a 144000 días o 20 Ka´tun

Para indicar una fecha con este calendario, los mayas numeraban las unidades de tiempo descritas anteriormente ordenados de mayor a menor, de tal forma que a modo de ejemplo; 7.16.6.16.18 corresponde a 7x144000 + 16x7200 + 6x360 + 16x20 + 18x1= 1.125.698 días posteriores al origen del mundo actual (4 ajaw 8 kumk’u). 7.16.6.16.18 se lee como 7 Baktunes 16 Katunes 6 Tunes 16 Winnales y 18 Kines.
Teniendo en cuenta que el origen del mundo actual los mayas lo fijaron el 11 de agosto de 3114 a.C (según el códice Dresde) al sumarle esta fecha a los 1.125.698 dias, nos dá como resultado el 1 de Septiembre del año 32 a .C.
Los mayas utilizaron este calendario para datar fechas en las estelas y monumentos que construían, mediante la descodificación de este calendario se ha podido datar numerosas construcciones y piezas arqueológicas de la civilización Maya. Durante los últimos años se ha expandido la idea del fin del mundo relacionado con este calendario Maya. Según nuevas fuentes de creencias estas aseguran que el fin del mundo será el 13.0.0.0.0, el 13 Bak´tun, basándose en que el número 13 es un número sagrado por los mayas (13 fueron los dioses creadores del hombre y 13 sus demonios, 13 es el número de meses del calendario sagrado maya), trasportando esta fecha al calendario actual resulta el 21 de Diciembre del 2012.
Es cierto que existen inscripciones en monumentos como el de Quiriguá donde los mayas escribieron esta fecha como el inicio del quinto mundo, concretamente en la estela C de este centro arqueológico Maya donde se relata el mito de la creación del mundo.

¿Qué hay de cierto entonces sobre su “terrible” profecía?
Si bien es cierto, que en el mundo Maya prácticamente no existen referencias proféticas sobre la fecha a estudio nos encontramos ante algún que otro misterio a resolver, como hemos nombrado en Quiriguá, existe una estela, concretamente la C, que así parece corroborar que algún suceso inesperado pudiera ocurrir. Se trata de uno de los lugares más bellos de Guatemala, al oeste del lago Izabal, en la margen norte del río Motagua, existió la ciudad Maya de Quiriguá, fundada en Período Clásico Temprano (300 a 600 d.C.). Alberga algunas de las construcciones más impactantes de la América precolombina, la mayoría realizadas durante el reinado (725-785 d.C.) de su más grande gobernante: Cauac Cielo (K'ak' Tiliw Chan Yopaat); siete estelas monumentales están dedicadas a él.




Esta se trata de una imagen exacta que podríamos contemplar en Quiriguá, se trata de la ya nombrada estela C. En la cual podemos contemplar la referencia que se hace por parte de los Dioses de la creación. Se nombra los instrumentos que se utilizaron para llevarla a cabo, como se crea y como va evolucionando esta. Finaliza diciéndonos que este ciclo acaba cuando se complete los 13 bak´tunes.
Este es uno de los pocos relatos donde podemos encontrar dicha referencia. Si bien es cierto que de haber sido una fecha tremendamente importante para aquella cultura sus ciudades, jeroglíficos, y los manuscritos que hoy en día tenemos estarían sembrados de referencias hacia ella, y ni tan siquiera su libro sagrado Popol Vuh menciona.

 En una entrevista con Rogelio Valencia Rivera, Director Académico del Centro Knórosov en Xcaret, este nos habla sobre la interpretación de los mayas a este respecto.

“Como un esfuerzo de renovación. Pero no quiere decir que como civilización lo vayamos a hacer (desaparición). La fecha de la Creación es importante pero eso ya ocurrió. Acuérdense que los mitos son la historia de su época. La única evidencia que habla del 2012 es una inscripción en el sitio arqueológico el Tortuguero. Si fuera realmente importante la veríamos en todos los sitios. Nunca en la mente del Maya hubo la posibilidad que el mundo se extinguiera o acabara”.

Tortuguero…

Los expertos Sven Gronemeyer y Barbara Macleod, de la Universidad de La Trobe (Australia), dieron a conocer una nueva interpretación de los glifos mayas de la zona arqueológica del Tortuguero, en el sureño estado de Tabasco, durante la VII Mesa Redonda de Palenque que se celebra en Chiapas.
Según los especialistas, los mayas crearon un calendario con base en un período de 400 años, denominados como ya dijimos bak´tunes; cada era está compuesta de 13 ciclos de 400 años que sumaban 5.125 años y, según su cuenta, la era actual concluía en Diciembre de 2012.
Gronemeyer explicó que en la visión maya al final de cada era se completaba un ciclo de creación y comenzaba otro, y en esta inscripción se menciona que el 21 de diciembre “sería investida la deidad Bolon Yokte”, un dios vinculado con la creación y la guerra, que participó en el comienzo de la actual era, que se inició el 13 de agosto del año 3114 a C.
El texto de carácter narrativo muestra que los gobernantes mayas deberían “preparar el terreno para el retorno del dios Bolon Yokte, y que el Bahlam Ajaw sería el anfitrión de su investidura”, precisó.

¿Quién es pues Bolon Yokte? No existe conceso alguno sobre tal Dios. Existen numerosas interpretaciones y traducciones para este nombre que tras numerosas investigaciones sale a la luz. Este nombre ha sido traducido de cuatro maneras diferentes, pues falta información que una vez más el paso del tiempo borró.

·         Dios de los Nueve Pasos

·         Dios de las Nueve-Patas

·         Jaguar-Pie-Árbol

·         Nueve-Perro-Árbol

Nada más se puede saber, sobre este o estos misteriosos personajes, que quién sabe si volverán dentro de unos días para salvar o aniquilar a esta nuestra especie por las innumerables vejaciones y desprecios que les hemos hecho y que nos hemos llegado a hacer a nosotros mismos.

Stephen Houston, un conocido epigrafista nos entrega sus pensamientos más recientes sobre esto, diciendo:

“En 1996, Stuart y yo discutimos parte del texto del Monumento 6 de Tortuguero, sugiriendo que, el día 13.0.0.0.0 4 Ajaw 3 K’ank’in, 21 de Diciembre de 2012 d.C., un dios “descenderá”, ye-ma o yemal, en lo que se consideró un ejemplo casi único de la profecía de la época Clásica. ¿Por qué único?… porque cuando los textos Clásicos se refieren al futuro, abarcan “eventos temporales impersonales que son fácilmente predecibles”. (Houston y Stuart 1996)

Luego discute algunos de los problemas técnicos del desciframiento de las inscripciones mayas, y concluye:

“Lo que sea que el Monumento 6 tenga que decirnos pertenece a la dedicatoria de la construcción asociada con la escultura. No tiene relación con profecías o los supuestos temibles eventos que nos esperan para el 2012 d.C. Con respecto a ésto, los mayas son particularmente silenciosos… o, a decir verdad, un poco aburridos”.


Por otra parte y una vez visto donde se encuentra la verdad de la leyenda, ¿podríamos concluir que acaso estamos en 2012, o que realmente estemos al comienzo del 13 bak´tun?

Andreas Fuis, un investigador alemán tiene una teoría al respecto, pues, descubrió que la correspondencia del calendario occidental con el Maya está mal calculado. Siempre se ha creído que el calendario Maya comienza el 11 de Agosto de 3114 a.C., pero después de estudiar las tablas donde se muestra la posición de Venus en el cielo concluye que hay un error de 208 años. 
Fuis ha estudiado tablas mayas donde se muestra la posición de Venus en el cielo, lo que le ha permitido asociar eventos astronómicos, con fechas mayas y ha llegado a la conclusión de que existe un error de 208 años en la fecha de origen del calendario maya. Del mismo modo que nosotros contamos en base 10, los mayas contaban en base 20 y eso estaba reflejado en su calendario. Así, cada 20 años formaban un ka´tun, y cada 20 ka´tunes un bak´tun; es decir, un bak´tun es un periodo de unos 400 años.
Aún en el hipotético caso de que estuviera correctamente Fuis sostiene lo siguiente:

“Según ellos el calendario Maya solo llega hasta el  bak´tun 12, con lo que al terminar este se termina el calendario. Esto no es posible, porque los  bak´tunes también forman grupos de 20; de manera que aun nos quedan 7 bak´tunes (unos 2800 años) por delante hasta que termine ese ciclo. ¿Y que ocurrirá después? ¿Se habrá terminado el calendario maya? La respuesta nuevamente es no, porque el calendario Maya incluye cuentas de tiempo aun mayores; así, 20 bak´tunes forman un pik´tun, 20 pik´tunes un kalab´tun, 20 kalab´tunes un kinchinl´tun, y 20 kinchinl´tunes un alau´tun. ¿Cuanto tiempo es eso? Aproximadamente salen unos 64 millones de años…” 

Ahí es nada. Podríamos ahondar mucho más y ver como el calendario gregoriano no está impoluto de errores y que muy probablemente este no debería ser nombrado como 2012 si no unos años un poco más avanzados entono a 4 y 7 años más. (Para saber más leer: Tras los pasos de la Ilusión: Año 0)

Hemos realizado un recorrido desde los albores de esta civilización tratando de explicar lo más minuciosamente posible y sin extendernos mucho como y porqué de sus mitos y leyendas. Para mi personalmente, el único misterio existente en todo esto es el deseo inmediato que tiene el ser humano por la destrucción. Los mayas eran una civilización en cambio que siempre dejaba un atisbo de esperanza en el horizonte, abiertos a nuevos comienzos a partir de alguna que otra destrucción. No voy ha realizar la misma reflexión que hice hace tiempo para el fin del mundo así que si lo desean pueden clikear aquí: El Fin del Mundo: Introducción y El Fin del Mundo: La Conclusión Final.

Por otra parte en los últimos días surgen numerosas noticias sobre el tema. Que si se han descubierto nuevas pinturas donde dejan el fin del mundo para edades más avanzadas, que si la NASA ha dicho que el fin llegará en 2087 por culpa de un asteroide, cosa que es poco creíble, pero como National Geographic lo dice pues nada. El creciente temor a que algo pase es palpable, tanto que son constantes las noticias que nos hablan de bunkers construidos para hacer uso de estos el día 21. Tanto es el miedo infundado por no sé que poderes y a tener a conseguir unos objetivos un tanto oscuros, que la propia NASA y esta vez si que es real tubo que salir al paso a través de un comunicado donde desmentía toda esta parafernalia.
No se hasta donde vamos a llegar en esta locura. Lo que realmente me da miedo no es que el mundo se acabe, todos tendremos un final que está por llegar a algunos les tocará antes y otros después, lo que realmente me atemoriza es que sigamos tal como hoy estamos, mirando una luz que nos ciega y no nos deja vez una oscuridad cada vez más amenazante y maligna.
El 21 será un día normal, donde los niños jugarán y reirán. Los pájaros volarán por los cielos, las nubes surcarán la bóveda celeste que nos rodea, dejando en algún que otro lugar gotas de esperanza que caerán sobre el mar, donde tal vez algún pez trague y pronto será pescado por algún humano, o devorado por algún hermano, que gustoso lo saboreará, para más tarde quien sabe cuando morir, volver a la tierra, ser comida de la vegetación, formar parte de ellos, que darán sus frutos que algún pájaro aprovechará como lugar de cobijo y alimento, y de este modo el ciclo, volverá a comenzar.

Y… Cuando todo se apagó, la “Rueda del Tiempo”, siguió girando inexorable e irremediablemente. FIN

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