Deep Impact: Apophis, Dios de la Oscuridad

            Algunos creen que antes del Universo, no había nada, se equivocan. Había oscuridad, y ha pervivido.

            Antes de la era de los dioses sólo existía un mar de aguas caóticas gobernadas por dos monstruos, Apsu, encargada de custodiar las aguas dulces y la gran serpiente Tiamat, la cual custodiaba las aguas saladas.
            Pasó el tiempo, si acaso este existía, y tras ello, la consciencia empezó a gobernar en el caos, de este modo, fueron creados los dioses, aquellos que deberían traer el orden.
            El Señor de la Tierra, conocido posteriormente por Ea por aquellos a los que él mismo crearía, iniciaría un enfrentamiento a muerte con Apsu por el dominio de las profundidades de la tierra donde se hallaban las aguas primordiales. Tras una feroz lucha, Ea acabaría con el reinado de Apsu.
            Pero, el caos no menguaría en fuerza, y esto, encolerizó a Tiamat.


 Tiamat criaría en silencio a una horda de  bestias, esperando su oportunidad para atacar. Crearía un ejército de 11 monstruos de grandes dientes afilados, y declararía la guerra a Ea y su séquito.
            La lucha sería feroz. Ea y su estirpe pudieron derrotar a los secuaces del señor de las aguas saladas, sin embargo, el poder devastador de Tiamat no era comparable a nada de lo que su consciencia tuviera por posible derrotar.
            Tuvieron que esperar a que el Señor de las Tormentas y heredero de Ea en el trono de los dioses y al mando de los humanos, decidiera combatir por fin a tamaña monstruosidad.
            Marduk, que así era su nombre, iría a la guerra con Tiamat.
            Allí se encontraba él dentro del caos, sólo, perseguido únicamente por cegadores relámpagos que formaban una red de tormentas entorno  su carro, provisto este último de varias flechas y un arco, y sobre su espalda, la daga serrada del relámpago.
            Poco a poco fue avanzando en la oscuridad, en la nada, enfrentándose a los constantes desafíos que Tiamat le ponía a su paso, pues, la reina del caos, no jugaría nunca limpio, y si pudiera por ella impedir enfrentamiento alguno con el hijo del trueno, lo haría. De este modo sus propios hijos perecieron en pos a la victoria de su madre. Marduk, poco a poco avanzó en la noche tumultuosa, hasta que en el tiempo insoldable de su era, logró atraparla, antes de que ella pudiera crear un monstruo definitivo con el que golpear a los dioses. Fue entonces, cuando la única posibilidad de tiro presentósele a Marduk. Cogiendo su carcaj rápidamente del cual extrajo una flecha creada en la fragua del interior de la Tierra, tensó el arco, apuntó a la garganta de la bestia y tiró.
            Tiamat, sólo pudo soltar un grito que estremeció al Universo que en aquel preciso instante nacería a raíz de su caída, pues, la flecha se hundiría en su garganta, moriría, el Universo existiría, y la oscuridad, la oscuridad caería, o eso creyeron los dioses.
            Marduk, recogió el cuerpo de Tiamat, y con sus potentes brazos, la partió en dos, una mitad de su cuerpo serviría para crear el cielo. Creó entonces la Luna fija en los cielos, y mandó a este que se moviera para adelante y hacia atrás en una patrulla sin fin. Con la otra mitad, hizo retroceder a los océanos y emergió la tierra de las profundidades, mientras que con la sangre que emanaban de sus ojos, hizo fluir el Tigris y el Éufrates.
            Fue Marduk quién castigó a aquellos dioses que vieron con malos ojos su tiranía, mandándoles por siempre a labrar los campos. Pero la paz no duraría pues, eran dioses, viejos y ancianos, y, pronto se revelarían contra él. De este modo, Marduk no pudo más que librarlos de su castigo, no sin antes hacerles jurar que lo venerarían como jefe supremo de los dioses. Así fue, como la consciencia llegó a los seres humanos, un vestigio creado por el padre Ea, obedientes y sin libertad suplicarían a ellos todo cuanto en sus pobres vidas debieran tener, y por más que ellos quisieran, serían esclavos consumidos por el concepto de dios, un dios, que ahora y por siempre reinaría sobre ellos….   



            Enûma Elish, poema babilónico que narra el origen del mundo.

            Pero los hombres olvidarían rápidamente los orígenes sobre los que nacieron, y débiles en sus costuras pronto omitirían de sus memorias el origen que se les dio y desvirtuarían la realidad en la que viven, pues, de alguna manera Marduk no tuvo en cuenta que al igual que ellos, nosotros por propia consciencia iniciaríamos nuestra búsqueda creando nuestro propio Universo, a nuestra imagen y semejanza, creamos a unos dioses, que vivieron por Marduk y el poder de la mente de los hombres, y es por ello que el caos volvería a reinar, y que, cuan más grande fuera la luz de los hombres, más alargada sería las sombras que se proyectarían sobre el espacio.
            Así fue como nacería Apophis…
            En el recuerdo de esos hombres había un silencio que inconscientemente revelaba su origen, y ellos supieron de Tiamat. Ellos supieron, pues, toda creación que alguien compone origina algo desprendido del propio ser, y, Marduk, en su afán por ser venerado tropezó en su propio recuerdo, un recuerdo que les sería revelado de manera oculta a los mortales, la oscuridad entonces se esparció por el Universo, y, en el Nilo, un ser monstruoso emergió, su nombre, Apophis.
            Cualquier temor que pueda tener el hombre tiene el peligro de hacerse realidad, pues ante nuestros ojos creamos, tenemos la representación de un mundo creado a parte iguales por dioses y hombres, unos dioses que a su vez serían creadores y creados por estos, y es sin lugar a dudas una historia que se repite una y otra vez en todos los lados del mundo.
            La propia soberbia de Marduk, haría que este fuera desterrado del inconsciente e incluso del consciente humano, y el olvido de ellos por él haría que se perdiera en la oscuridad, que quedara reducido a la nada, que quedara atrapado en piedras y en las paredes de los templos que un día sirvieran para venerarlo. Marduk, por ironías del destino, moriría en el mismo momento en que la flecha atrapara el caos en sus garras, y de esta manera Marduk, dio paso a Rah, el gran dios que los humanos inspirados por los dioses crearían para que este diera lugar al Sol, a los Cielos y a la vida.

            Rah, pronto comprendería el destino que debería impartir a la humanidad, y comprendió, que para sobrevivir al tiempo, debería derrotar todos los días al mal, al caos, sin causar su pérdida.
            Mientras Apophis urgía planes para devorar la luz, una y otra vez se topaba con el gobierno de Rah, pues la luz tenía mayor fuerza, y cuando no era él, los secuaces Horus, que defendía a su pueblo y estirpe egipcia o el propio Seth, dios de las tinieblas y guerras, eran los encargados de derrotarlo.
            Pero algo quedaba en Rah de Marduk, que pronto descubrieron que a pesar de que Seth y Horus infringieran muerte a Apophis, una y otra vez, esta volvía a la vida. Así debía de ser, pues así es como los creadores humanos inconscientes de ello lo habían dictaminado, cosiendo luz y oscuridad al tejido que vertebra el mundo y al propio Universo. (Para saber más, leer: Gizeh y las Grandes Pirámides )

            El tiempo ha pasado y ahora los humanos representamos a esos dioses que una vez nos gobernaron y los cuales poco a poco son devorados por mortales coronados de eternidad. Rah, Marduk, pervivieron.., cada cientos de años, milenios, los seres humanos necesitan recordar, así nacerían Zeus, que más tarde pasaría a llamarse Júpiter, para finalmente convertirse en Yahveh, con sus distintas connotaciones. Por su parte Tiamat, pervivió en el nombre de Apophis, en su extensión Seth, y otros dioses como Ares, o Marte, o el señor de las Tinieblas, Hades, que más tarde daría lugar a Satán.
            Todos y cada uno de ellos perviven en nosotros con sus luces o sombras, algunos con el poder que se les ha dado realizan labores de la luz, mientras que otros, siembran el caos y la oscuridad donde pisan, pero, ¿y sí los dioses hubieran sobrevivido?


2004, 19 de Junio, Observatorio Nacional de Kitt Peak, en Arizona

Roy A. Tucker, David J. Tholen, y Fabrizio Bernardi, estaban a punto de contemplar algo, que haría temblar a la humanidad. Pese a que sólo pudo ser visionado durante un par de noches, lo que captaron, llenó de temor a aquellos hombres. Se trataba de un gran asteroide, y los primeros cálculos que se realizaron, daban con él en la Tierra pocos años más tarde después de ese acercamiento.
La tenue “visita” los llenó de esperanzas, agarrados a la luz que les decía que aquello era improbable, imposible de que hubiera y que fuera a ocurrir, pero meses más tarde, un arcaico temor del pasado, volvería a los hombres.
Ese mismo año, el 18 de Diciembre, desde Gordon Garradd, Australia, se avistaría un objeto de características similares al que se pudo ver meses antes. La conexión entre ambos avistamientos no se corroboraría hasta días después.
La amenaza fue bautizada con el nombre de, 2004 MN4.

Los primeros estudios realizados con los pocos datos que se obtuvieron, dieron a entender que el objeto venido del cielo tenía la escalofriante posibilidad de impactar con el planeta Tierra en 2029, en un 2,7%.
Pasaron meses, y con nuevos datos pudieron dictaminar que en 2029, las probabilidades de un choque con la Tierra era prácticamente nula, en cambio, sólo, quizás, estuviéramos retrasando lo inevitable.

En Junio de 2005, se predijo, que el asteroide pasaría tan cerca de la Tierra, que podría quedar dentro de un campo de cerradura gravitacional, es decir, una región muy precisa del espacio de no más de 400 metros de diámetro dentro del cual cualquier cuerpo que lo transite, entraría en el futuro en una trayectoria de colisión con nuestro planeta o con la Luna.
Cuando su órbita finalmente fue calculada, recibió el número permanente de 99942, el 24 de Junio de 2005, convirtiéndose en el primer asteroide con gran probabilidad de colisión con la Tierra.
Este hecho, hizo recordar al antiguo dios Apep, más conocido como Apophis el destructor, así sería bautizado una vez más, el que habita en la oscuridad eterna del Duat, y prepara la destrucción de Rah. Era, Julio de 2005, y el dios, volvía de forma material a la vida.
Aunque en años posteriores se realizarían cálculos, en los cuales en ningún caso pasaría por la cerradura, habría que esperar a futuras visitas para corroborarlo.
Entre tanto, los humanos le catalogarían como el enemigo público número uno. Así fue constatado cuando dentro de la Escala de Turín, un método que valora las probabilidades de impacto de un asteroide, y los daños que causaría por el choque en nuestro planeta, le diera el valor a Apophis de 1,10 sobre 10, es decir, los cálculos y análisis realizados muestran que las probabilidades de colisión son extremadamente bajas y no merecen mucha atención y preocupación entre la gente. Con casi total probabilidad, las nuevas observaciones que se hicieran llevarían a una reasignación al nivel 0 (para saber más, leer: El Fin del Mundo: La Conclusión Final).
Pese a lo dicho, era el primer objeto que superaba el valor de 0, se trataba del primer objeto con alguna posibilidad de impactar y destrozar parte del planeta.

El 19 de octubre de 2006, la probabilidad de impacto estimada para el 13 de abril de 2036 era de 1 en 45000. Se identificó otra posible fecha de impacto en 2037, pero las probabilidades de colisión durante ese encuentro son de 1 en 12,3 millones. En cuanto al 2064 se descarta cualquier tipo de colisión.
Durante este tiempo, se pudo medir la velocidad con la que circula en el espacio, unos 30,33 km/s y un diámetro de unos 250 metros, con una masa de 20 millones de toneladas, lo que hacen de Apophis un auténtico dios de la oscuridad, pues de impactar contra la Tierra supondría algo así como el impacto de 40 mil bombas atómicas, lanzadas sobre Hiroshima.
Apophis, pertenece al grupo de los asteroides Atón, un tipo de asteroide con una órbita de semieje mayor (en matemáticas, el semieje mayor de una elipse es la mitad del diámetro más largo) menor de una unidad astronómica  (abreviada ua, au, UA o AU ) es una unidad de longitud igual por definición a 149.597.870.700 metros, y que equivale aproximadamente a la distancia media entre el planeta Tierra y el Sol.

La Fundación B612, efectuaría en estos años de desconcierto, las estimaciones de la futura ruta que seguiría el “dios”, si el impacto de 2036 ocurriera finalmente. De esta manera, propondrían  planes a seguir con el tiempo suficiente para maniobrar y traer en la oscuridad de los tiempos la luz. La trayectoria que seguiría sería desde el sur de Rusia, cruzando el Pacífico, rozando las costas de California y México, para seguir por Costa Rica, continuando por el mar Caribe, hasta lograr cruzar las regiones septentrionales de Colombia y Venezuela, finalizando su trayectoria en el Atlántico, poco antes de llegar a África.
Incluso la empresa española, Deimos Space, lanzó el proyecto “Don Quijote” el proyecto consistía en un lanzamiento en 2015 de una sonda que pudiera impactar con el cuerpo para logra su desvío. No obstante, la acuciante crisis, y principalmente la Agencia Espacial Europea (ESA), dinamitaron el proyecto antes de hacerlo volar en el espacio.





Pese a todo, esperamos.

En 2013, tras un nuevo acercamiento, los científicos podrían estudiar mejor tanto composición como su trayectoria.
En años anteriores a 2013, Apophis habría sufrido un pequeño incremento en su diámetro pasando de los 250 metros iniciales a los 270 metros que la comunidad científica propondría como definitiva. Sin embargo, estaban muy equivocados.

Mientras las cámaras del Observatorio Espacial Herschel captaban el paso del asteroide a unos 14,5 millones de km de la Tierra, los científicos, descubrían con terror que medía algo más de 55 metros sobre lo estimado, con un margen de error de unos 15 metros arriba, abajo. De este modo Apophis tendría definitivamente unos 325 metros.

           “El aumento del 20% en el diámetro se traduce en un aumento del 75% en nuestras estimaciones de volumen o masa del asteroide”, dice Thomas Müller, del Instituto Max Planck para Física Extraterrestre en Garching (Alemania), encargado del análisis de los nuevos datos.

Las noticias en Enero de 2103 sobre Apophis iban in crescendo. Los rusos por su parte, darían origen a un plan de ataque hacia el asteroide.
Natan Eismot, propuso lanzar un asteroide de pequeño tamaño, tripulado por un cohete con la ayuda de la gravedad y hacerlo colisionar con el señor del caos.
Los cálculos de Eismont demuestran que para realizar esta maniobra y lanzar un asteroide-cohete con un diámetro de 15 metros y peso de 1.400 toneladas se necesitarían 1,2 toneladas de combustible y un propulsor de tiro de unos 30 kg.
El proyecto se realizaría por partes, en la primera misión, se mandaría robots sobre el asteroide, posando sobre Apophis una radiobaliza. De esta manera se podría saber con mayor exactitud la posición del mismo y el efecto que podría tener al pasar cerca de la Tierra en 2029.
Esta primera etapa nunca se realizaría antes de 2020.
En la segunda etapa, prevista en teoría para 2027, se enviaría el asteroide-cohete. El candidato más conveniente para convertirse en “cohete”, según afirman los especialistas, es el asteroide 2011 UK10. Para que destruya al Apophis en Junio del 2027, el propulsor del 2011 UK10 sería lanzado el Diciembre del 2021, a bordo del lanzacohetes ruso Protón, mientras que el proceso de instalación finalizaría para Agosto del 2022.

El grupo, que incluye a científicos liderados por Eismont del Instituto de Investigaciones Espaciales y el Instituto de Moscú de Electrónica y Matemáticas HSE (MIEM), dirigido por el científico David Dunham de EE.UU., han creado en Rusia métodos de modelización matemática de laboratorio para la protección de la tierra de los asteroides y cometas.

Quizás ese momento para el ataque y derrota del Señor de la Oscuridad tenga que ser pospuesto, debido a lo análisis  que los científicos del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) obtuvieron, descartando en principio cualquier probabilidad de impacto con la Tierra en el año 2036, aunque, sea dicho de paso, tendremos que esperar hasta 2029 para ver la evolución que el asteroide haya podido tener hasta ese momento.

           “Con los nuevos datos proporcionados por los observatorios ópticos de Magdalena Ridge (Nuevo México) y Pan-STARRS (Hawaii), junto con datos muy recientes proporcionados por el radar Goldstone Solar System, hemos determinado con eficacia la posibilidad real de un impacto con la Tierra de Apophis en 2036”, dijo Don Yeomans, director del programa de Objetos Cercanos a la Tierra de la NASA.
          “Las probabilidades de impacto tal y como están ahora son menos de uno entre un millón, lo que hace sentirnos cómodos diciendo que efectivamente puede descartarse un impacto con la Tierra en 2036. Nuestro interés en asteroide Apophis será esencialmente científico”.

Por su parte las observaciones obtenidas por el Telescopio Espacial Herschel, nos ha permitido saber un poco más sobre Apophis.
Analizando el calor emitido por el mismo, Herschel realizó una nueva estimación del albedo del asteroide, es decir, una medición de su reflectividad, cuyo valor es de 0,23. Esto quiere decir que el 23% de la luz solar que el asteroide recibe, es reflejada al espacio, por su parte, el resto es absorbida y es el que alimenta y calienta al asteroide.
Este estudio es de gran utilidad, ya que para vencer a la oscuridad, se necesita de luz, y las propiedades térmicas de un asteroide puede darnos un indicio de como podemos alterar la órbita de este, debido, a un sutil calentamiento del mismo. El ciclo de calentamiento y enfriamiento de un cuerpo pequeño a medida que rota y su distancia al Sol cambia, conocido como el efecto Yarkovsky, puede provocar cambios a largo plazo en la órbita del asteroide.




Puede que Apophis no nos destruya, pero quizás haga gobernar el caos en nuestro mundo en 2029. Su paso será recordado por mucho tiempo, pues, desde que tenemos uso de razón en esta materia, Apophis lidiará con la Tierra a unos 31300 km, siendo el primer asteroide de su tamaño conocido que se acerque a tan pocos kilómetros de nuestra superficie. Con estos datos en la mano, y sabiendo que se podrá ver en nuestros cielos a simple vista y que brillará como una estrella de magnitud 3,3 (magnitud aparente (m) de una estrella, planeta o de otro cuerpo celeste es una medida de su brillo aparente; es decir, la cantidad de luz que se recibe del objeto), para que podamos compararlo con nuestro cielo, Venus posee una magnitud máxima de -4,4 y Júpiter de -2,9, siendo ambos objetos los más luminosos después, claro, de nuestra estrella, el Sol, y nuestro satélite, la Luna. Costaría no pensar en que una catástrofe allá arriba pudiera ocurrir, pues, debemos recordar que nuestros satélites geoestacionarios se hayan a una altura aproximada de 36000km, ¿y si golpeara a alguno de ellos?
Imagínese sin móvil, GPS, sin televisión y todo aparato que dependa de estos satélites. Imagínese Internet colapsado, caído, ¿qué ocurriría con la economía mundial? ¿Qué pasaría con los aviones en vuelo? ¿Las defensas de los países?
Apophis es un peligro real, al que deberíamos hacer frente, aunque quizás quede lejos nuestra extinción, el vendrá a sembrar el caos y la oscuridad una vez más, y esta vez, el peligro es material, ya no están con nosotros Rah, ni Marduk para defendernos, habrá que esperar a que un hidalgo caballero batalle lejos de su mundo y golpee a la oscuridad para darnos, una vez más, un respiro.





Epílogo

Las bestias han sido lanzadas sobre nosotros, Viernes 15 de Febrero de 2013.
Tras el paso de Apophis, reinó el caos.
Muchos fueron los que avisaron que a mitad de este mes un asteroide de unos 40 metros de diámetro, el  2012 DA14, volaría acariciando la Tierra a unos 25000 km.
Lo que muchos no imaginaban era que se trataría del comienzo de la venida del Dios de la Oscuridad.
La misma mañana en la que se debería de observar este pequeño asteroide, en Rusia, Chelyabinsk, ocurriría un suceso que cambiaría la perspectiva de la comunidad científica y llenaría de temor el corazón de los hombres. Un pequeño fragmento no detectado por los radares impactaría con tal ferocidad, que desprendería la energía de varias decenas de bombas atómicas, por suerte esta vez, nadie resultó muerto.
Desplazándose a 19 km/s, el meteoro comenzó a despedazarse a una altitud de 45 km, hasta que finalmente detonó a unos 30 km de la superficie. Su diámetro fue establecido en 19 metros, mientras que su masa en unas 10 mil toneladas. Se trataba de un condrito ordinario, LL5. Aparentemente se originó en la familia de asteroides Flora, en el cinturón que hay entre Marte y Júpiter.

Esta semana, Nature y Science, las dos principales revistas científicas del mundo, publican tres estudios con las conclusiones de varios equipos de investigadores.

         “Si la Humanidad no quiere seguir el mismo camino que los dinosaurios – dice en Science Quing-Zhu Yin, profesor de Ciencias Planetarias de la Universidad de Davis- necesitamos estudiar un evento como éste con todo detalle”.

El meteorito de Chelyabinsk, cuyos restos fueron recientemente recuperados del fondo del lago Chebarkul, pertenece a la clase más común de meteoritos, las condritas.

          “Si se produjera en el futuro un impacto catastrófico –añade Yin- lo más probable es que el responsable fuera un objeto de este tipo”.

Todos los resultados llevados a cabos nos dejan un paisaje desolador, el fragmento que cayó sobre la Tierra solo era una pequeña parte de un total.
Recapitulemos, el objeto que cayó sobre Chelyabinsk, era una condrita, una roca de hace 4452 millones de años, procedente de un enorme impacto que sucedió tan solo 115 millones de años después de la creación de nuestro Sistema Solar, hace unos 4567 millones de años.
Nacimos del caos, de la oscuridad, y este hecho nos lo recuerda.
Por su parte, concretamente, la roca que abofeteó nuestro diminuto punto azul, formaba parte de una mucho mayor, de la cual se escindió hace unos 1,2 millones de años cuando una vez más rozó nuestro planeta. (Para saber más, leer: Deep Impact: Chelyabinsk )
Esto quiere decir que hay otras bestias, otros monstruos que son casi invisibles para la tecnología actual que poseemos y que corremos un grave peligro si no evolucionamos en esta materia.



Esta historia, ha hecho reaccionar a tiempo a los estudiosos de la materia, y trabajos perdidos han sido recuperados, como el propuesto nuevamente por la ESA, el proyecto Don Quijote y Sancho. Se trataría de dos sondas que jugarían con la fuerza de la gravedad de la Tierra, y nuestro vecino Venus, para impactar contra el NEO (Near Earth Object) identificado como una amenaza para desviarlo.

Por su parte la NASA ha puesto a disposición de todo aquel que lo desee, y gracias al Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) un enlace donde podemos mirar todos los objetos descubiertos hasta la fecha, así como su trayectoria y características: Asteroid Watch



Algunos creen que antes del Universo, no había nada, se equivocan. Había oscuridad, y ha pervivido.

Comentarios

Entradas populares